Sin duda alguna, tenía que llegar el momento de hablar del "Elvis Presley" de los coches, el rey, el Dios. Esto es un maquinón (perdón por la soez expresión, pero esta cosa la merece). El tema que ahora nos ocupa, es un artefacto ideado para dejar atrás al resto, tanto figurada como literalmente. Esta santa obra posee un motor W16 (dos motores v8 pegados) que le confieren una potencia de 1001 caballos de potencia (no, no es broma) y un reprise de 2,2 segundos (¡su madre!). El problema es que hay que pagar unos dos millones de euros para poder disfrutarlo (tampoco es broma).
Sin embargo, estos excesos tienen buenas explicaciones. El Veyron fue un coche con el que la casa Volkswagen quiso marcar una diferencia, y la mejor forma de hacerlo que pudo encontrar, fue resucitar la empresa del difunto Ettore Bugatti, famoso por crear una pieza de lujo con cada coche nuevo que sacaba al mercado, tal como hizo con el Bugatti 57sc Atlantic, que os pongo a continuación:
Sí, lo cierto es que el gran Bugatti parecía tener un talento innato para el diseño, y eso era lo que la casa Volkswagen, con su reciente adquisición de la empresa italiana, quería hacer, así que pusieron a trabajar a los mejores de sus empleados para crear al rey, y anda que si lo consiguieron, creando el cochazo de cochazos. Pero la historia del Veyron (nombre acuñado en honor a Pierre Veyron, ganador de las 24 horas de Le Mans al volante de un Type 57 de carreras) no acabó con su exitosa presentación, sino que dio pie a la aparición del espectacular Bugatti Veyron 16.4 Supersport, la más potente y furiosa de las 6 versiones que acabaría teniendo esta máquina.
El Supersport, que alcanza la impresionante velocidad de 431km/h gracias a sus 1200 caballos, se colocó con orgullo la medalla de "Automóvil de calle más rápido jamás construido", arrebatándole el título al SSC Aero.
Como el resto de los Veyron, el Supersport viene equipado de serie con un gran alerón retráctil que se activa cuando se superan los 70km/h para mantener la estabilidad del vehículo, y que se emplea también en funciones de frenado.
Finalmente, puedo decir que no me siento capaz de hacer realmente una crítica imparcial y objetiva de este coche porque sencillamente lo amo y lo idolatro, yo quiero uno.