El automóvil que hace años pudimos vislumbrar por primera vez como concept car revolucionario, comienza a tomar forma como coche de producción. Es un auténtico honor ver como al fin un prototipo de altas prestaciones se convierte en un producto que no tira a la basura toda la bella y flamante estética del original.
Sin embargo, esta historia comenzó a mediados del pasado siglo XX con el ahora icónico Porsche Spyder 550. Éste ya constituía una revolución estética en los deportivos de época.
Posteriormente, ya a comienzos del nuevo milenio, en Porsche optaron por retomar la ingeniería del motor central del antiguo Spyder. El producto de esta idea dio lugar a una magnífica obra de arte a la que pusieron como nombre Carrera GT.
El Carrera GT se vendió como edición limitada, con un precio de obra de arte y una inusitada belleza inherente, que se desvinculaba de los Porsche "convencionales". Esta ha sido la característica que se ha repetido en el nuevo 918 spyder. Sin embrago, esta nueva máquina hace algo más que sustituir a su predecesor: sencillamente, lo supera con creces.
La nueva generación del Spyder comenzó como concept car, con un sistema de propulsión híbrido. Posteriormente, apareció una versión de carreras llamada Spyder-RSR, que incorporaba a su mecánica un instrumento llamado "volante de inercia", inventado por la escudería Williams para su coche de fórmula 1. Y finalmente, hace un par de meses, ha salido a la luz el proceso de refinamiento del producto final. Éste último, posee un motor de gasolina de 4,6 litros V8 con 565cv, capaz de funcionar a la pasmosa cifra de 9000rpm, al que se suman dos motores eléctricos, uno en la parte delantera (de 110cv) y otro en la trasera (de 122cv). A lo sumo, estos motores consiguen una potencia de nada menos que 770cv. Además, las ruedas traseras permiten un giro de 5 grados, mejorando el comportamiento de la tracción total en las curvas. Pero lo más increíble del Spyder de serie, es que gracias a su mecánica híbrida, consigue un increíblemente bajo consumo de tan solo 3,0L/100km (¡la leche!), y para quien no lo vea claro, creo que me bastará decir que es aproximadamente lo que consume el urbanita Toyota Prius. Dejo aquí las fotos de la versión de prueba para los escritores de artículos de prensa (la cual no posee carrocería), y del que es el esbozo de la versión definitiva, con una decoración de líneas blancas sobre la carrocería negra de fibra de carbono.
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